Hay cosas que el
dinero no puede comprar
Rolando Húbner
Marcos Picón
El 21 de noviembre 2019,
Huallanca cumplió 180 años como pueblo; la mayoría de los cuales dedicados a la
actividad minera. Nuestros cerros son, han sido y seguirán siendo por muchos años
más nuestro patrimonio y alberga riquezas naturales que han dado vida a nuestro
pueblo, cuando la actividad minera está iniciándose en la zona de Azul Mina y
Chiuruco; vale parlar.
Una gran conversación ahora del
pueblo: Qué dejaremos a nuestras futuras generaciones; es preservar nuestros
cerros, nevados, punas, las cabeceras de cuenca, y sobre todo cuidar el
abastecimiento de agua.
Para esto necesitamos sentarnos a la mesa: empresas
mineras, autoridades locales, comunidades campesinas, asociaciones de base y
pueblo en general; para escucharnos todos con pluralidad, serenidad,
profundidad, tolerancia, y asumiendo compromisos reales, de una
minería responsable que explique con precisión sus propósitos y alcances, y nos garantice el abastecimiento de agua, hoy
y para las futuras generaciones.
Es importante por ello una mesa,
donde estén todos los actores locales, para determinar nuestras prioridades,
analizando nuestros valores reales, nuestro amor y respeto; por nuestras
creencias, por nuestras costumbres, por nuestra riqueza
cultural; porque está claro que hay cosas que el dinero no puede comprar.
Hoy que estamos empeñado en
trabajar el desarrollo turístico, como proyecto de desarrollo productivo,
nuestros cerros y nevados deben ser seleccionados como maravillas, no sólo por
su hermosura, sino por la tenacidad con que ha resistido en silencio los
embates de la deforestación, contaminación, los incendios. El desarrollo de la
actividad minera, debemos reflexionar sobre cuál sería la mejor manera de
protegerlo y garantizar su preservación.
Tarea pendiente es involucrar a
quiénes no se sienten representados, comprendidos, a quiénes no se les escucha,
a los sin voz, a los que no se les interpreta, a quienes no se sienten
satisfechos, por quienes toman las decisiones en nuestro pueblo, autoridades,
representantes o directivos contratados, quienes; adoptan una actitud y una
visión negacionista, sobre nuestra pluralidad, diversidad, heterogeneidad, de
pueblo cosmopolita que somos.
Tenemos que entender, que las
cabeceras de cuenca, donde nace el agua son zonas vulnerables, y deben ser
declaradas zonas intangibles, donde nadie tiene derecho a destruirlo, disponer
de ello, ni pretender ponerle precio, como lo dije antes, hay cosas que el dinero
no puede comprar.
Es importante delimitar,
zonificar, y hacer un inventario de la cantidad de aguas superficiales y subterraneos
que tenemos, los cambios climáticos de nuestra época, nos muestran que la
demanda de agua tiende a agravarse y se vislumbra un futuro de escasez.
La indiferencia, de nuestras
autoridades para proteger nuestras zonas de importancia hídrica son desde todo
punto de vista inaceptable, garantizar la disponibilidad de agua es
responsabilidad de todos, entonces su uso eficiente también, la siembra y
cosecha de agua, los trasvases de acumulación artificial, el cuidado de
nuestros ríos y lagunas.
Cuáles son las alternativas,
¿dejar que las zonas que nos proveen agua sean ocupadas por la actividad
minera?, ¿deteriorándolo o destruyéndolo?, ¿hacemos algo para conservarlo?; pedimos a las empresas que vienen a hacer trabajos en las cabeceras de cuenca
nos garanticen el abastecimiento de agua para todo nuestro ecosistema.
La
decisión final la tenemos que tomar, quienes vamos a sufrir las consecuencias
de su escasez, no sólo quienes viven en las cabeceras de cuenca, en las zonas
de influencia de los proyectos mineros que se vienen ejecutando;sino también
quienes viven aguas abajo a las
cabeceras de cuenca. Por eso hay cosas que el dinero no puede comprar.