Antes de los
cien días
Rolando Húbner
Marcos Picón
El 10 de Abril próximo se cumplirán 100 días
del nuevo gobierno municipal, provincial, y del gobierno Regional; cuando un
nuevo mandato empieza lo que popularmente se define como los primeros cien días
o un periodo de gracia, donde la opinión pública está pendiente de los primeros
pasos, gestiones, y el comportamiento de los nuevos trabajadores municipales;
son cien días de tregua.
Pero ¿Por qué esperamos a que
concluyan los cien primeros días para juzgar al nuevo gobierno municipal?, ¿Por
qué es importante este periodo de transición?.
Todos los gobiernos cuando empiezan su mandato tienen un periodo de transición para poder informarnos, primero cómo ha recibido la municipalidad, los fondos públicos, proyectos, obras inconclusas, etc. Del mismo modo, para informarnos cuáles son las características y prioridades de cómo pretende gobernar nuestro pueblo, también para presentar a la ciudadanía su grupo de gerentes y técnicos que están a cargo de las diferentes áreas de la municipalidad.
Todos los gobiernos cuando empiezan su mandato tienen un periodo de transición para poder informarnos, primero cómo ha recibido la municipalidad, los fondos públicos, proyectos, obras inconclusas, etc. Del mismo modo, para informarnos cuáles son las características y prioridades de cómo pretende gobernar nuestro pueblo, también para presentar a la ciudadanía su grupo de gerentes y técnicos que están a cargo de las diferentes áreas de la municipalidad.
Hay muchas incógnitas por
resolver y la mayoría esperamos que se resuelvan dentro de estos cien días,
para hacernos ya una idea del nuevo gobierno municipal: Qué es, qué propone,
quiénes lo acompañan; lo que nos muestren en estos días será la imagen que
perdurará en la mente de cada uno de los ciudadanos.
A muy pocos en nuestro medio les
interesa la política; es cierto; pero también parece que no aprendemos de
nuestra historia, de nuestros errores,
sino que hasta la negamos, la
ignoramos, o la desconocemos; entonces seguro que la tendremos que repetir,
porque así es la vida, si no aprendemos una y otra vez nos seguirá repitiendo
la lección, y cada vez el golpe será más duro, tampoco podemos esperar
resultados distintos si seguimos haciendo lo mismo.
El año que paso nos dejó una
campaña electoral lleno de insultos, codazos, empujones, difamaciones,
acusaciones y mucha propaganda lleno de promesas muchas de ellas falsas, y
sobre todo a un pueblo muy polarizado,
nada que no hayamos visto en elecciones pasadas.
Hoy próximos a cumplir los cien
días de este nuevo gobierno, nos encontramos todavía con gente enojada, con
discursos populistas, con acusaciones y afirmaciones temerarias, lo más
preocupante es que se está marcando una brecha entre simpatizantes y
opositores, los que se considera pro y los anti ¿se podrá así trabajar una
agenda de desarrollo para nuestro pueblo?
Como siempre nos encontramos ante
un falso dilema, de dónde eres o no
eres, estas a favor o estás en contra, no hay puntos medios, el beneficio de la
duda, el vamos esperar un tiempo más. Personajes representativos, líderes de
opinión están cayendo en este juego de descalificaciones. ¡Cuidado! Porque
estamos entrando a creer que la neutralidad, el punto medio, la objetividad, la
crítica mesurada; no son aceptadas o no debe existir.
Hay muchas cosas rescatables del
pasado, pero también hay muchas cosas que se tienen que cambiar y quienes
eligieron a nuestras nuevas autoridades lo hicieron buscando el cambio, y es
aquí donde importa tanto la historia, el recuerdo, de lo que fue, de lo que
hizo y de lo que dejó de hacer.
El desarrollo de los pueblos no
es una línea ascendente, ni puede ser valorado por la cantidad de obras de
infraestructura, el desarrollo de los pueblos es un conjunto de errores,
aciertos, de tradiciones, compromisos y responsabilidades.