Rolando Húbner Marcos
Picón
Cantábamos antes “somos la nueva
juventud del ande, de la tierra huallanquina, grande y hermosa para nuestro
orgullo”; hoy queremos cambiar las
letras y decir “soy”. Nuestra sociedad está siendo forjada bajo la ideología
liberal, caracterizado por el individualismo; sin comprender los innumerables
lazos que nos unen como pueblo, como paisanos, como hermanos, como hijos de ésta
misma tierra. Desterrando “el unidos nada es imposible”.
No conocer ni al vecino, es un
signo de cómo nos estamos cerrando en lo individual, olvidándonos de lo
colectivo, del nosotros, del somos, del bien común, para decir “yo”, nos
estamos quedando solos, como lobos que esperan las noches de luna para cantar
su nostalgias penas y melancolía.
Llegó la hora de pensar en lo
colectivo, para ponernos de acuerdo el pueblo que deseamos construir, los
jóvenes que vamos a heredar a nuestra sociedad, los problemas del calentamiento
global, la contaminación ambiental, si no trabajamos juntos no va ser posible,
el ser individualistas nos aleja de los demás, esa mentira individualista que
nos está vendiendo este modelo económico del liberalismo, alimenta el egoísmo,
fractura, nuestra ancestral cultura, nuestras costumbres y tradiciones, nuestra
formación de pueblo comunitario, de gente que esté dispuesto a compartir lo que
tiene.
Tenemos que volver a poner
en un pedestal, valores como la
gratitud, la virtud, el honor, la verdad, la honestidad, la generosidad, y
desterrar la corrupción, la viveza, el individualismo. Volvamos a mirarnos como
antes, cantemos juntos en esto nuestros carnavales, afinemos nuestras guitarras
y otra vez en la esquinita linda, busquemos en el disco duro de nuestra memoria
esas canciones que en algún momento se hicieron himno en nuestra no muy lejana
juventud; juntémonos en nuestras misas dominicales, compartamos nuestras tardes
de toros, vamos a salir a bailar nuestro
tradicional baile de los negritos, vamos enseñar a nuestros hijos el baile de
las pastorcitas y que canten canciones dedicadas al niño Jesusito, vamos a
sentarnos a compartir nuestros platos típicos con nuestros vecinos, vamos a
reunirnos para trabajar la chacra juntos, vamos hacer una fiesta en los rodeos
cuando curamos a nuestros toros bravos, y que vuelva el ¡estos es Huallanca
carajo…!, vamos a volvernos orgullosos de nuestra tierra, de nuestra gente, de
nuestras creencias mitos y costumbres, que vuelva otra vez el tuma tuma.
No perdamos de vista que somos un
gran pueblo por nuestra raza, por nuestro pasado, por nuestras creencias y
costumbres desde nuestros orígenes. Todavía podemos rescatar lo que hemos
perdido, que es mucho, y este trabajo de rescate será árduo y muy largo, y sólo
se podrá hacer esta inmensa tarea cuando cada huallanquino entienda las
obligaciones y deberes que implica pertenecer a esta tierra, cuando volvamos a
cantar “somos la nueva juventud” o nuestro himno al centenario de nuestra
tierra que va quedando en el olvido “al conjuro del trabajo de tus hijos” vamos
a juntarnos más que separarnos.
Tenemos que recuperar el
Huallanca solidario, comunitario, el hoy por ti mañana por mí, la bondad y el
compartir con nuestros vecinos, más que
vecinos nuestra familia, dejemos las caóticas costumbres extranjeras que nos
han vuelto egoístas, solitarios y mezquinos, desterremos el acaparamiento
egoísta, de querer tenerlo todo, aunque
a los otros le falte, vamos a pensar en los demás, no dejemos que el sistema
nos envuelva en este manto oscuro del consumismo, como fórmula de éxito, vamos
a trabajar por lo nuestro, sí se puede.