Vendedores ambulantes
Rolando Húbner Marcos Picón
El comercio ambulatorio, que viene invadiendo las calles de Huallanca todos los sábados, comenzó como una feria de pequeños productores
agropecuarios a iniciativa de los representantes de relaciones comunitarias de
una empresa minera, el cual aplaudimos; hoy a los pequeños productores no se
les ve en las calles, a muchos de ellos no se les deja vender sus productos, son
acosados por los vendedores del mercado. Hoy las calles han sido
tomadas por negociantes y revendedores, olvidando los principales derechos
colectivos de la población como: el derecho al libre tránsito, el derecho a la
propiedad y la seguridad de los transeúntes y residentes de las
zonas aledañas, el derecho y respeto que se merecen los niños y padres de la
institución educativa inicial 026 que también se ve invadidos por vendedores
ambulantes.
Lo importante es que hay que tratar el problema de fondo y
darle una solución definitiva, caminar por el jirón Ayacucho los días sábados y
ni qué decir en el mes de julio; genera una sensación, de entrar a
un sitio donde la autoridad no llega, comida, ropa, juguetes, curanderos, alto
parlantes, que perturban la tranquilidad de los vecinos, entre otros productos
son ofrecidos por ambulantes que han invadido la vía publica. Esperamos que
nuestras nuevas autoridades tengan la capacidad y la buena voluntad de reubicar
a estos señores que mucho de ellos se creen dueños y señores de las calles
porque hasta lo han lotizado. Para devolverle el valor a Huallanca
de pueblo limpio se necesita que vuelva el principio de autoridad, que se
respeten las zonas rígidas e intangibles como lo dijo uno de los regidores el
día de la juramentación.
La anterior gestión municipal lamentablemente ha
gobernado con una actitud muy tolerante a la actividad ambulatoria, temiendo
perder votos en las próximas elecciones y no pensando en la
futuras generaciones, y el comercio ambulatorio se fue incrementando;ahora se toman ya tres cuadras del Jr. Ayacucho, impidiendo el tránsito
vehicular y peatonal, y este problema parece que se nos está escapando de las
manos.
Algunas soluciones pueden ser:
-No simplemente sacarles de nuestras calles, sino,
ofrecerles una alternativa a la que acceder, como por ejemplo trasladarlos a la
explanada de cañaveral, donde la variedad de lo ofertado, la limpieza, y la
creatividad de ellos mismos, haga que los clientes deseen visitarlo.
-Dotarles de los servicios básicos, agua, luz, servicios
higiénicos, Se habrán preguntado nuestras anteriores autoridades y las actuales
por su puesto dónde realizan sus necesidades estos comerciantes, cuando se
quedan diez a veinte días como en julio? ¿Habrán visto como queda las calles
cuando ellos se retiran?, ¿Dónde y cómo sacan su basuras los vecinos cuando sus
veredas, puertas, y fachadas están ocupados por vendedores
ambulantes? ¿Qué hacen los que tienen sus cocheras, talleres, o tiendas cuando
son invadidos por los comerciantes? ¿Se han preguntado por la incomodidad que
los padres de familia de la Institución Educativa 026 o jardín de
niños?
-El comercio en el centro de la ciudad también merece ser
observado, la creación de carritos, que sean atractivos y novedosos, bien
pintadito, con logotipos ingeniosos, con toldo creativos y sobre todo
higiénicos, sería una gran alternativa, para que puedan circular y convertirse
en un atractivo.
-Todas estas ideas deben estar reglamentadas, es decir los
permisos deberían implicar que quienes ocupan estos puestos, asumen la
responsabilidad de la limpieza de su entorno, todo esto va a servir
para ayudar en la conservación y la buena imagen de nuestra localidad y no
permitir el comercio ambulatorio desordenado.
Preocupa esta situación, esperamos que la actual
administración sea transparente y se vea realmente un trabajo serio en el
reordenamiento de nuestro marco urbano.