jueves, 11 de agosto de 2016

Yo opino:


HUALLANCA: ¡ ESPECTACULAR !
Rolando Húbner Marcos Picón

Las Fiestas Patrias y la Feria Taurina 2016 realizadas en Huallanca, merecen un comentario y reflexión sobre lo que son y debe ser las fiestas tradicionales, especialmente las corridas y sus atractivos turísticos.

En primer lugar expresar las felicitaciones a la autoridades de la Municipalidad Distrital, a la comisión organizadora, a los comisarios de toros, a los aficionados, a los huallanquinos taurinos que presentan toros en calidad de libre;  a quienes año a año hacen lo posible el reencuentro y la unión de toda la familia huallanquina. 

Es importante resaltar la presencia de muchos visitantes, entre ellos turistas, que vienen a conocer de cerca a la “tierra hermosa rica y generosa”,  y de paso, a conocer nuestras raíces, a preguntar sobre nuestras costumbres, a degustar de nuestra variada gastronomía, y sobre todo, seguros para pasar momentos agradables e inolvidables en sus vidas.

Somos un pueblo que conserva un impresionante conjunto de valores culturales, artísticos y naturales, riquezas que deben ser revalorados y preservados por ser maravillosos. Huallanca es un pueblo que hasta hoy no ha sabido vivir del turismo, pese a tener importantes atractivos como las aguas termo-medicinales de Azulmina, zonas arqueológicas, hermosos bosques de eucalipto, paradisiacos paisajes, las huellas de los dinosaurios, sus cañones, sus estancias ganaderas; donde el turismo vivencial parece que a nadie o a muy pocos le importa; la gran variedad de nuestra gastronomía, nuestras costumbres y tradiciones; y lo más importante la amabilidad y hospitalidad de nuestra gente.  Todo esto pertenece a un pueblo maravilloso, un paraíso llamado Huallanca. 

No hace mucho, o quizás si hace mucho tiempo, nuestras tardes taurinas han sido el único motivo que tenía mucha gente para visitarnos y gozar de cuatro tardes de toros; de emociones, risas, llantos, de melancolía, y seguro de alegrías; confundidos en un solo abrazo, gritábamos: ole, ole, ole…, cuando veíamos a nuestros paisanos enfrentarse a los toros , y como niños con la boca abierta gritábamos ¡espectacular, impresionante!.  Y entonces me pregunto ¿por qué queremos imitar a otros pueblos si lo nuestro es espectacular?, ¿por qué queremos dejar de ser lo que somos para intentar parecernos a algo que no nos pertenece que no es de nuestra historia?

Quedémonos con lo nuestro, con nuestras cosas pequeñas pero a la vez gigantes, con nuestros aficionados, con nuestras tardes de toro de capea sin la muerte del toro (a lo portugués, de donde heredamos esta fiesta), con la destreza de nuestros laceadores, quedémonos con nuestros huaynos, mulizas y pasacalles, con nuestra “tranca afuera toro bravo”; pero por lo demás, quedémonos con la amabilidad de nuestra gente y gritemos una vez más: ¡Huallanca, tierra hermosa rica y generosa!.

A nuestras tardes taurinas lo llamamos tradiciones, porque son trasmitidas de generación en generación, y porque sirven para enriquecernos socialmente, para fortalecernos como pueblo, porque forma parte de nuestra identidad como pueblo. Es evidente que los cambios sociales, el tiempo, han hecho que todo cambie  y no debemos confundir renovación de las cosas con cambios sin sentido, estamos con demasiada ligereza catalogando como tradicional actos y hechos relativamente novedosos, y puedo decirles sin temor a equivocarme que nuestras tradiciones nos están dejando o estamos cambiando.

Nuestras raíces están siendo cambiadas o estamos siendo conquistados por otras , y poco a poco estamos perdiendo nuestras tradiciones y costumbre que deben ser el orgullo de nuestra tierra.