Crisis de prestigio
Rolando
Húbner Marcos Picón
El día 18 de agosto del 2016,
seguro quedará grabado en las páginas de la historia de Huallanca; el señor
Teófilo Marcos Cervantes, retomó su cargo como alcalde; salió de su casa en el
jirón Tarapacá con un grupo de simpatizantes que lo acompañaban con globos de
color celeste, y rodeado de un gran número de personal de seguridad ciudadana.
Qué quería mostrarnos el alcalde; que es un todo poderoso, tienen miedo a sus
paisanos, o acaso nosotros tenemos que tenerle miedo a él, o es el manejo de
uno de sus asesores de imagen.
Los políticos deben cuidar su
prestigio, y ganarse el respeto de su pueblo; no imponer respeto ni pretender
que se le tenga miedo. Necesitamos representantes honrados y con agallas para
iniciar un cambio radical en la forma como se están dirigiendo los destinos del
pueblo; cuya esencia es la heterogeneidad, el respeto al pluralismo y la
libertad de expresión, el respeto a quiénes pensamos y opinamos diferente al coro que cantan sus
simpatizantes.
Como ciudadanos necesitamos
autoridades que tengan voluntad política para encaminarnos rumbo al sitial que
como pueblo nos merecemos; creatividad para buscar financiamiento para
desarrollar obras que cumplan con ser sostenibles, y mucha humildad para
aprender de las experiencias exitosas de pueblos vecinos.
Los huallanquinos estamos
estáticos, nadie levanta la voz frente a las mezquindades, nadie quiere
comprarse el pleito y todos hablan en voz baja; parece que la característica
fuera perfil bajo y resignación, esto es lo que nos toca, mientras el ego de
quienes nos dirigen se alzan más, acumulando capital político para las futuras
pretensiones de nuestro alcalde.
Lamentablemente ésta es una
historia repetida en Huallanca, y que brinda muy pocas esperanzas de un cambio
genuino, al menos del que esperaba la población. Somos un pueblo minero,
vivimos en épocas de vacas flacas, la pobreza está tocando nuestras puertas, y
lamentablemente no hemos sido capaces de abandonar la costosa adicción, de
depender exclusivamente de la minería y de desarrollo sostenible; solo quedaron
los discursos y un montón de actas de compromisos y buenas intenciones.