Nos merecemos algo más
Rolando Húbner Marcos Picón
El 29 de abril del 2016 el Juzgado Mixto de la provincia de Bolognesi condena a Teófilo Marcos Cervantes (Alcalde de Huallanca), como autor del delito de falsedad ideológica, y le impone una pena privativa de la libertad de tres años, suspendida condicionalmente en su ejecución por el mismo plazo, y la pena de inhabilitación de tres años para ejercer y obtener mandato o cargo público.
El 30 de junio del 2016 la Sala Penal Liquidadora Permanente de Huaraz, mediante resolución, lo absolvió de la condena que le fuera impuesta. Por lo que se desprende que, no existe a la fecha, pena privativa de libertad e inhabilitación para ejercer y obtener mandato público que recaiga sobre Teófilo Marcos Cervantes.
Una resolución publicada el 16 de agosto del 2016 por el Jurado Nacional de Elecciones (Resolución Nº 1057-A-2016 del 03-08-2016), restablece la vigencia de la credencial otorgada como Alcalde del Distrito de Huallanca a Teófilo Marcos Cervantes.
Los huallanquinos hemos asistido estos últimos meses a un espectáculo lleno de confusiones, de dimes y diretes, de gritos intolerantes de los simpatizantes del alcalde desde las tribunas, que irrumpió, contra el sentido común, contra las reglas establecidas, contra los buenos modales; mientras algunos esperaban la transición de un nuevo gobierno municipal; a estos le dijeron que su mandato había terminado; entonces la pregunta es ¿Quién o quiénes son culpables del desgobierno que el pueblo tiene? ¿Quién o quiénes van a responder por las obras que no se ejecutan?, ¿hasta cuándo vamos a seguir exigiendo tener servicios básicos de calidad?, ¿hasta cuándo vamos esperar una mejor calidad de vida para todo los huallanquinos? Pobre Huallanca, nos merecíamos algo mejor.
El amor a Huallanca, el compromiso por el desarrollo de nuestro pueblo es puro cuento; el asistencialismo, el individualismo, si yo tengo que me importa el resto. Es la característica de nuestro pueblo, porque nadie tiene tiempo para el futuro, para el largo plazo, para la planificación; con asegurarse el pan hoy no importa lo que mañana pase; con esta visión tan corta de las cosas a quién le importa la democracia, los derechos sociales, o la justicia.
Hace tiempo que los políticos han dejado de representarnos, la actual sensación de corrupción que propicia la desconfianza y la indignación ampliando el divorcio entre el alcalde con sus regidores, de nuestras autoridades con el pueblo en su conjunto, quienes nos dirigen ojalá sean capaces de construir consenso, con quienes pensamos distinto, a sus fieles, y casi siempre, arrogantes seguidores. Entonces esperamos meses de consensos, de acuerdos, de diálogos. Y espero que de una renovada ilusión colectiva para con los asuntos públicos, y no de una nueva decepción que ya de esto tenemos muchos.
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Huallanca necesita un proyecto donde todos podamos inscribir nuestras vidas a mediano y largo plazo, sin terminar consumidos, como sucede ahora, por el inmediatismo, por hacer lo que es popular, por hacer lo que le gusta a la gente como fiestas pomposas donde nadie sabe cuánto cuesta, porque nadie rinde cuentas.
Como pueblo tenemos que emprender una cruzada para desterrar las prácticas oscuras de personas que desacreditaron el servicio público, haciendo gala del tráfico de influencias, aprovechándose de sus cargos e investidura y han destruido los valores morales y sociales que como pueblo tuvimos. Hoy tenemos que garantizarles a nuestros niños y jóvenes la educación, seguridad y salud pública; así, tenemos que desterrar males crónicos, que han carcomido a nuestra sociedad por dentro.