Hasta cuándo
Rolando Húbner
Marcos Picón
El ex Alcalde de Huallanca, Teófilo Marcos
Cervantes, ha sido sentenciado e inhabilitado para ejercer cualquier cargo
público por un periodo de tres años; en su remplazo asumió la función de Alcalde el Teniente Alcalde,
Manuel Andrade Bailón. Esta Resolución del
Jurado Nacional de Elecciones fue publicado en el diario oficial el
Peruano el 23 de junio del 2016, y muchos lo conocimos por este medio; porque
los diarios de circulación regional y provincial no han dicho nada o no les
interesa nada.
Hoy tenemos nuevo Alcalde, pero
en los pasillos del municipio se anuncia que el ex alcalde estaría retornando
en uno de estos días a reasumir sus funciones; esto está creando un caos
y un desgobierno, ¿pobre Huallanca, los huallanquinos nos merecemos esto?
En las últimas elecciones
municipales elegimos un alcalde que, a mucha gente no le gusta, muchos lo
aplauden, y otro tanto lo tolera. Esta oscilación desde un gobierno ilusionante
para un grupo, para otros ajena, y seguro para algunos indiferente nos confirmó
antes del primer año de gobierno municipal que, la luna de miel con sus
regidores había terminado dando paso a una serie de conflictos internos, que
empezaron a salir a la luz en las reuniones de la mesa de desarrollo; esto nos
muestra que, una vez más que los huallanquinos nos equivocamos al elegir a
nuestros representantes.
Estos últimos meses estamos
asistiendo a una crisis política que nos está mostrando el deterioro político,
económico y moral. No hablo de falta de dinero en la municipalidad, sino de una
crisis de valores que en nuestro pueblo se está haciendo común; donde todos
parecemos soportarlo, lo toleramos o nos hemos acostumbrado en tan poco tiempo
a vivirlo sin que nadie quiera objetar, cambiar, censurar, o castigar a quienes los cometen o a quienes quieren
vivir a costa del pueblo.
Estamos padeciendo de una crisis,
el pueblo está sin rumbo, porque aunque me duela decirlo y reconocerlo, estamos
moralmente enfermos como resultado del deterioro acelerado de nuestros valores
como el respeto, la gratitud, la solidaridad, la generosidad etc. ; valores que,
hasta no hace mucho, era nuestro orgullo.
Somos un pueblo pequeño donde
todos nos conocemos, por eso no entiendo por qué se nos hace tan difícil elegir
cada cuatro años al grupo de ciudadanos
con cualidades éticas, morales, con valores, con amor y compromiso para el
desarrollo de nuestro pueblo y con la suficiente capacidad para guiar,
administrar y enrumbar a este pueblo al
sitial que se merece; entonces, seguro no tendríamos autoridades con denuncias
pendientes, sean administrativas o judiciales como consecuencia de sus
conductas alejadas de la sana práctica administrativa.
Lo que está sucediendo en
Huallanca es la disputa por el poder y el gasto público no puede ni debe de ser
visto como algo normal, desde cualquier punto de vista, debemos
escandalizarnos, reaccionar, movilizar a todos, informar; porque estos hechos nos muestran el deterioro
social del cual estamos participando, y tenemos que reflexionar, si hay formas
de salir o por el contrario tenemos lo que nos merecemos, y para nuestro pueblo
no hay más solución que seguir esperando.
Y esperar a quién o a quiénes, la
esperanza proviene de confiar en el esfuerzo y la voluntad de los
huallanquinos, de aquellos hombres y mujeres jóvenes herederos de esa raza
noble e indomable raza que fue capaz de retar la fuerza de la naturaleza con
barreno en mano y a todo pulmón abrirse
paso en los cañones de Quitacalzon y Huagtahuaru;, ellos serán los únicos que
empujarán a este pueblo rumbo a un cambio real.
Huallanca está por encima, de sus
gobernantes, de sus dirigentes, de sus partidos y de quiénes forman parte de su
círculo de simpatizantes. Ninguna aspiración individual por muy legítima que
esta sea, puede estar por encima de los sagrados intereses de nuestro pueblo.