viernes, 24 de abril de 2015

Yo opino:

La hora de las vacas flacas
Rolando Húbner Marcos PIcón
En Huallanca el inicio de un tercer periodo de gobierno municipal, en la gestión del actual alcalde, trajo muchas expectativas de cambio, sobre todo en los sectores más desfavorecidos, y en las comunidades campesinas donde se encuentra las zonas más vulnerables de nuestro distrito, y porque fueron ellos los que apoyaron con su voto este tercer mandato; con la esperanza de cambio y de una mejor calidad de vida.

Aunque sea prematuro decirlo esta perspectiva algo superficial por cierto de bienestar y de cambio, transcurrido el tiempo no llega y los avances que el pueblo necesita se postergan uno tras otro, y todo parece que volvemos a un aprendizaje realista de lo que es el pueblo, sus problemas y sus falencias. Queda claro entonces que, lo que se promete en campaña y lo que realmente se hace o se puede hacer una vez llegado al poder son dos cosas distintas; quedando todo lo prometido en campaña, en eso de promesas bonitas y falsas.

Las promesas no cumplidas o las que olvidan una vez llegado al poder, nos muestran ya un modo reiterado de actuar en la política local, sola que esta vez pensábamos que la época de las vacas gordas, alimentadas principalmente con los tributos mineros llámese canon minero, o sobre canon, nunca terminaría y creíamos que las obras podrían continuar. Pero como todos sabemos la baja en los precios internacionales de los minerales, la recesión en algunos países hicieron que  las vacas comenzaran a enflaquecer, el canon minero se redujo, menos presupuesto y con esto el desencanto de algunos, la exclusión no va desaparecer, no habrán obras de gran impacto si continuamos esperando el retorno de las épocas de bonanza y lo que si se está sumando es el desencanto y la desaprobación por quienes nos dirigen.

Existen ya grupos donde la decepción, el enojo, la incredulidad, es más notorio, y esto lo sabe el actual alcalde, aunque es demasiado pronto para el desencanto y el fin de la  luna de miel, lo que sí está claro es que somos un pueblo más exigente o nos creamos demasiadas expectativas cuando nos vende promesas de campaña, donde no todo lo que se dice se cumple ni es cierto. 
Qué deben hacer entonces quienes nos dirigen: más esfuerzo, voluntad política, mucha imaginación, compromiso, tocar puertas; llamar a los socios estratégicos, llámese minería, gobierno central, gobierno regional, comunidades campesinas, asociaciones civiles locales, provinciales y regionales; construir mesas de diálogo, buscar financiamiento, y tratar de cumplir las necesidades básicas que como pueblo tenemos.

La ciudadanía necesita y tienen el derecho de ver el esfuerzo que le ponen nuestras autoridades al trabajo por servir a nuestro pueblo, para conseguir una ciudad para todos, donde los servicios públicos funcionen, donde sea posible la convivencia en la diversidad de ideas. Una ciudad limpia, donde se respete el medio ambiente y la salud de sus habitantes. Una ciudad que apoye la cultura, la educación, y el deporte. Una ciudad para todos; no para que unos pocos hagan negocios.

Con todo lo dicho, no considero que la gestión municipal haya fracasado ya definitivamente, pero sí que se necesitan urgentemente reorientar los modos y las formas de buscar financiamiento para las obras públicas, porque  bien dicen que en el momento de crisis es donde salen las mejores ideas. Buena suerte.