lunes, 6 de abril de 2015

Yo opino:

Semana Santa, semana de reflexión
Rolando Húbner Marcos Picón

Esta semana los cristianos celebramos la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, elemento central de nuestra fe. En Huallanca, como es costumbre, la demostración de fe está representada por noches de procesión con una asistencia masiva de ciudadanos y muchos visitantes, Son días de intensa actividad que lo utilizamos para la meditación, reflexionar sobre la vida, la familia, la fe y para rememorar la vida de Jesús.

El mensaje principal de esta semana es la entrega del amor incondicional, es difícil entender toda la pasión, comprender como el hijo de Dios, capaz de convertir el agua en vino, curar a los enfermos, hacer caminar a los paralíticos, hacer ver a los ciegos, resucitar a los muertos, etc .Permitió ser humillado y murió crucificado en la cruz, sin odio, sin rencor, tan solo con palabras de amor y terminar diciendo “padre perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Jesús fue capturado, sentenciado y entregado a la muerte por la radicalidad de su mensaje que desafiaba la forma de vivir de la jerarquía religiosa de su época, caracterizada por la intolerancia, y lo cambió por la compasión, el amor incondicional y el desprendimiento.

Esta semana debe servir para hacer un alto en nuestro camino, observar nuestro desarrollo como personas y pensar cuál ha sido nuestro aporte brindado a nuestro pueblo tan necesitado hoy de sus hijos. Por eso en estos días de descanso, tomemos unos momentos para reflexionar cuál ha sido, o cuál es nuestro papel en la construcción de nuestro pueblo en lo social. Como sabemos, en estos últimos años se han presentado un espiral de denuncias por malos manejos en la administración de nuestro municipio; esto se debe principalmente a la continua pérdida de nuestros principios morales.

Nuestra sociedad cada vez más individualista nos convierte poco a poco en personas egoístas, dispuestas a casi cualquier cosa por alcanzar los placeres que suponemos nos darán la felicidad, cuando esta se encuentra en la familia, en los hijos, en nuestro pueblo en la sociedad, cuando hacemos lo que nos enseñó nuestro Señor:  dar amor incondicional, compasión y perdón, a servir con humildad y de corazón a los demás; este seguro es el mejor camino para seguir a Jesús y demostrarle nuestra fe.

Una demostración de fe pudimos ver a la salida de la procesión de la iglesia de Carmen Alto, y cuando lo hizo de la iglesia Matriz, a algunos fieles que besan la imagen y lloran en silencio, frotan con un pedazo de algodón los pies de la imagen y se la guardan, como queriendo compartir su dolor y hacer más liviana el peso de la cruz, algunos toman fotos, filman, cantan y oran con gran devoción.

En las calles centenares de creyentes acompañan con cánticos, oraciones o al compás de una banda de músicos, la procesión que se va abriendo pasos lentamente, el intenso frío, ni las lluvias doblegan la fe de quienes creen, muchos que retornan a nuestra tierra en esta fecha, agradecen a Dios por el milagro de volver a compartir estos momentos con la familia, los amigo, o con los paisanos.

Estos días deben servir para eliminar rencores que lastiman nuestras almas, es importante que aprendamos a perdonar a quienes nos han ofendido, con sinceridad y sin resentimiento. Otra reflexión que debemos tener en cuenta es el desprendimiento, olvidémonos del yo y pensemos en los demás, en los que sufren, en los que no tienen abrigo, en quienes pasan hambre, en los que se les ha arrebatado todo como en un sueño por la furias de los desastres naturales, y roguemos para que la gracia del Señor les dé esperanzas y puedan encontrar consuelo, en esta frase “amaos los unos a los otros” y saber que siempre hay alguien dispuesto a dar un abrazo, una palabra de consuelo, a sentarse a tu lado y en silencio compartir la grandeza de la creación de Dios.

Son necesarias estas reflexiones porque se está perdiendo el carácter sagrado de la Semana Santa, y se está convirtiendo para la mayoría en una semana de ocio, diversión y borrachera, olvidando los misterios de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor.

Espero una reflexión colectiva que nos permita discernir lo que debemos conservar, reparar, renovar o sustituir para construir una sociedad más justa regida por los principios que nuestro Señor nos ha enseñado, sigan disfrutando del dulce de papas, del mishqui canca o dulce de queso, de las rosquitas de los pasteles que son únicos, y que Dios los bendiga.