martes, 14 de enero de 2014

Yo opino:

Reflexiones de fin de año
Rolando Húbner Marcos Picón

El fin de año, a bailar nuestro tradicional baile de los negritos, la comelona, la borrachera, entre pasacalles, silbidos y aplausos, pero también debe servir para la reflexión sobre lo actuado, para planificar el futuro próximo.
 Este 2014 es un año electoral y la campaña para elegir a las próximas autoridades lo empezaron antes del pitazo inicial, además, coincide con una coyuntura política que necesariamente nos obliga a repasar el rumbo que lleva nuestro pueblo,  si es realmente  correcto. Faltan pocos meses para que nuevamente hagamos el ejercicio democrático formal de acudir a las urnas, reafirmándonos así que la democracia – aunque plagada de imperfecciones – sigue siendo la mejor forma de gobierno para nuestro pueblo, dándonos la libertad de elegir al más capaz.

Si nos preguntaran hoy a todos los huallanquinos cuáles son las prioridades que el alcalde (saliente y entrante) debieran enfrentar, los principales retos o amenazas, oportunidades ó grandes temas, que demandan la atención de nuestras élites, posiblemente la lista no estaría muy lejos de lo siguiente: unidad entre todos garantizándole a nuestras futuras generaciones un mundo mejor; que juntos empresas, pueblo y autoridades empujemos el carro del desarrollo en la misma dirección; condiciones físicas para hacer producir nuestros campos y poco a poco crecer económicamente; contar con una escuela y centro de salud al servicio de todos;  saber que si por alguna razón me va mal, hay una red mínima de protección que no me dejará caer al vacío de la miseria.  Cosas que no son del otro mundo, pero que por ahora y a ratos nos parecen tan lejanos y míticos.

Estos son temas centrales que la población quiere escuchar, y no solo frases bonitas, o campañas plagadas de regalos, como polos, llaveros, gorros; mi pueblo ya maduró y cualquiera que pretenda plantearse como una opción seria en las próximas elecciones deberá hablarnos con franqueza sobre su visión del financiamiento y el rol de nuestro pueblo.
 Todos queremos ser mejores, pero no lo logramos. Vemos los planes presentes, los futuros, lo errores cometidos, las áreas que hay que mejorar, los problemas por resolver, las barreras por derrumbar, las decepciones, el intentarlo de nuevo, ser mejor padre, mejor hijo, mejor esposo, mejor amigo, mejor en el estudio, mejor en el trabajo, mejor ser humano, mejor cristiano… ¡Todos nos proponemos cada año ser un hombre nuevo y volvemos a ser el mismo hombre viejo!
Es verdad. Yo no puedo, usted no puede, nadie puede solo, por sí mismo, cambiar ni resolver sus problemas. Nuestras fuerzas, intelecto, tiempo, capacidades no son suficientes. ¡Dependemos de Dios para lograrlo!
Si en Navidad, al llegar al final del año, Jesús naciera realmente en nuestros corazones podríamos lograr ser hombres y mujeres nuevos, y con la fuerza que Dios nos da a través del Espíritu Santo alcanzaríamos nuestras metas, resolveríamos muchos problemas, poco a poco, paso a paso, sin desesperarnos. ¡Únicamente así lo lograríamos!

Cuando reconocemos que solos no somos capaces, cuando nos despojamos del orgullo, de la soberbia, de la autosuficiencia, de la vanidad, de creernos capaces de todo, y postrados ante Dios reconocemos humildemente nuestra impotencia y ponemos nuestra confianza en Él… entonces sí podemos hacerlo todo, con humildad y mucho trabajo un feliz año 2014, un abrazo y  PROSA CARAJO…!