lunes, 7 de octubre de 2013

Yo opino:

Ni perdón, ni olvido
Rolando Húbner Marcos Picón

Es evidente que en todos los sectores de Huallanca, las denuncias por actos de corrupción sean temas de conversación y hasta de malestar frecuente. Muchos no acabábamos de sorprendernos por los resultados del peritaje contable realizado a la municipalidad por  la Tercera  Fiscalía Anticorrupción, y los principales diarios de Huaraz  y  de la Región Ancash aparece otra noticia  que no solamente sorprende, sino indigna. La Tercera  Fiscalía Antitcorrupción  de  lucha contra  la corrupción  de  funcionarios pide  once  años de prisión efectiva contra el ex alcalde del distrito de Huallanca, en la provincia de Bolognesi, Teófilo Marcos Cervantes; como presunto autor del delito contra la administración pública-delito cometido por funcionarios públicos- peculado doloso en agravio de la Municipalidad de Huallanca y toda la ciudadanía.

Estas noticias dan la impresión que, como ciudadanos somos mudos espectadores, que rumoreamos en voz baja y nos conformamos con la queja, las denuncias, y la posibilidad de que los que administran justicia en nuestro país en algún momento castigarán estos actos. Decimos así porque sorprende, que estos actos no producen ningún acto ni pronunciamiento de la población, ninguna forma de acción colectiva que busque modificar la situación; los huallanquinos parecemos resignados a expresar nuestra molestia, quejarnos, denunciar, pero en voz baja y no proponemos ninguna acción para castigarles moral y políticamente a quienes no supieron valorar la confianza que el pueblo les ha dado.

Corrupción, crisis de representantes  o lideres, descredito, fragilidad de las instituciones publicas, graves denuncias en contra de quienes dirigen y quienes han dirigido la administración municipal en nuestro pueblo, no hacen más que confirmarnos, que padecemos de una grave enfermedad, y necesitamos urgente un cambio de dirección o una operación generalizada, para combatir este mal que amenaza con extenderse y se ha apoderado de nuestros representantes.

Nuestros políticos en Huallanca confía mucho en nuestra moral tan frágil, porque, es cierto tenemos una tolerancia muy alta frente a la corrupción y casi siempre olvidamos muy rápido hechos y actos que deben ser castigados judicialmente, pero también  moralmente por cada uno de los conciudadanos y negarles la posibilidad de volver a dirigir los destinos de nuestro pueblo.

Acaso ¿no hay criterios morales para evaluar la gestión de un alcalde? Es verdad que todos somos humanos y cometemos errores, pero también es verdad que una vez que ocupamos cargos públicos debemos rendir cuentas de nuestra administración. No es correcto que el tiempo sea capaz de diluir la gravedad de estos actos de corrupción y borre sus efectos o nunca se castiguen, y pasado un tiempo vuelva a presentarse como los más indicados a dirigir los destinos de nuestro pueblo.

Necesitamos organizaciones capaces de promover los valores que como pueblo y sociedad tenemos, un grupo de gente critica que no solo se escandalice cuando conoce casos de corrupción, sino que actúen previamente y reclame sistemas de control.