COMODINES Y CORRUPTOS
Luis Antonio Páucar Solís
Luis Antonio Páucar Solís
Nuestra identidad, fortalezas, debilidades, nuestras costumbres y tradiciones, nuestra formación como pueblo cosmopolita, tiene mucha implicancia en la capacidad de desarrollar nuestras potencialidades. Un pueblo pluricultural, con gente venida de todos los puntos del país representa una de nuestras debilidades, y uno de los tantos motivos que justifican nuestra mala imagen. Por qué nos estamos convirtiendo en un pueblo individualista, egoísta, personalista, nos estamos olvidando del bienestar de todo el grupo para cambiarlo por nuestro bienestar particular.
Como lo dijera el ex presidente de la república, en sus artículos publicados, “el perro del hortelano”, en Huallanca han aparecido personajes, que buscan hacerse millonarios de noche a la mañana, empresarios que fracasaron en su intento de ser empresario, personajes que se cuelgan de cada alcalde que entra a la municipalidad, tratando de perjudicar en muchos casos a personas que se dedican a trabajar en busca de un futuro mejor para sus hijos, su familia y el de su pueblo.
Tenemos dudas y preguntas, así como la convicción de que, políticamente hablando hemos fracasado. Somos un pueblo que no compartimos horizontes ni aspiraciones comunes, y por lo tanto, no compartimos el sueño de un pueblo más grande y próspero con igual oportunidades para todos; sino que estamos en la búsqueda de quién se queda con el mejor pedazo de la inmensa riqueza que Dios ha puesto en nuestra tierra.
Nos gusta la misma comida, cantamos las mismas canciones, bailamos la misma danza (los Negritos de Huallanca), nos gusta nuestra corrida de toros; pero no somos un pueblo con derechos y obligaciones compartidas, no somos un pueblo con aspiraciones, retos y responsabilidades comunes.
Y lo peor de estos personajes son elementos con antecedentes de corrupción, que creen que porque tienen un apellido de la alta sociedad huallanquina, de un pasado muy glorioso, tenemos que aceptarle todo sus actos de corrupción; mientras el alcalde y todas las instituciones no decidan apartarlos de su círculo de colaboradores no podemos esperar encontrar el camino que nos conduzca al desarrollo.
Estos personajes que solo esperan sentados volverse millonarios, es lo peor que nos podría haber sucedido como pueblo. Un cambio en la sociedad no podemos hacerlo rodeado de comodines y corruptos.
Como lo dijera el ex presidente de la república, en sus artículos publicados, “el perro del hortelano”, en Huallanca han aparecido personajes, que buscan hacerse millonarios de noche a la mañana, empresarios que fracasaron en su intento de ser empresario, personajes que se cuelgan de cada alcalde que entra a la municipalidad, tratando de perjudicar en muchos casos a personas que se dedican a trabajar en busca de un futuro mejor para sus hijos, su familia y el de su pueblo.
Tenemos dudas y preguntas, así como la convicción de que, políticamente hablando hemos fracasado. Somos un pueblo que no compartimos horizontes ni aspiraciones comunes, y por lo tanto, no compartimos el sueño de un pueblo más grande y próspero con igual oportunidades para todos; sino que estamos en la búsqueda de quién se queda con el mejor pedazo de la inmensa riqueza que Dios ha puesto en nuestra tierra.
Nos gusta la misma comida, cantamos las mismas canciones, bailamos la misma danza (los Negritos de Huallanca), nos gusta nuestra corrida de toros; pero no somos un pueblo con derechos y obligaciones compartidas, no somos un pueblo con aspiraciones, retos y responsabilidades comunes.
Y lo peor de estos personajes son elementos con antecedentes de corrupción, que creen que porque tienen un apellido de la alta sociedad huallanquina, de un pasado muy glorioso, tenemos que aceptarle todo sus actos de corrupción; mientras el alcalde y todas las instituciones no decidan apartarlos de su círculo de colaboradores no podemos esperar encontrar el camino que nos conduzca al desarrollo.
Estos personajes que solo esperan sentados volverse millonarios, es lo peor que nos podría haber sucedido como pueblo. Un cambio en la sociedad no podemos hacerlo rodeado de comodines y corruptos.