LA FUERZA DEL HOMBRE ANDINO
Omar Llanos Espinoza.
Sabemos que el hombre andino es el
prototipo del ser que vence a los retos de la naturaleza, toda vez que
desarrolle sus habilidades de acuerdo a las costumbres ancestrales.
Lo que sigue es el relato de un antiguo
huallanquino, don David Martel Calderón, de una experiencia vivida con los
campesinos del bravío Dos de Mayo que demostraron la fuerza del hombre andino.
MINA CHONTA Y LA GUERRA
A inicios de la Segunda Guerra Mundial,
uno de los países en conflicto fue Corea, las armas y municiones “eran pan del
día” para las grandes empresas fabricantes y proveedores de materia prima para
los artefactos bélicos.
La Compañía Minera Panaminas (EE.UU) se instala
en las minas de Chonta, Baños-Dos de Mayo (hoy Lauricocha), para explotar el “cinabrio”
(mercurio), un metal en líquido, muy necesario para fabricar armas. El autor del
relató laboró, en ese entonces, como capataz en la referida empresa
norteamericana, junto con muchos huallanquinos.
EL GRAN RETO, LLEGAR A CHONTA
Al iniciarse los trabajos en la mina de Chonta,
era necesario energía eléctrica para mover las grandes máquinas para el proceso
de explotación. La compañía decide transportar e instalar un grupo electrógeno
hasta esos parajes alto andinos ubicado en los límites con Huallanca y
Queropalca, sobre los 4000 msnm, sin acceso de carretera por ninguna ruta.
TRANSPORTE AEREO
La empresa minera contrata los servicios
de la Línea Áerea Faucett para transportar las piezas del generador eléctrico
desde Lima hasta las pampas de Huánuco El Viejo (La Unión)
En el compás de espera al avión, iban
construyendo las grúas “hechizas” para el desembarco de las piezas del generador,
además, pensaban utilizar la fuerza de los bueyes para el transporte hacia la
mina, trayendo toros desde Huallanca de don Pablo Martel Llanos, encargando
ésta misión al joven de ese entonces, Isaías Mendoza Agüero; pero como el
avión no llegaba, de tanto esperar se
regresaron.
AVION EN HUANUCO EL VIEJO
Luego de tanto días y semanas de espera,
al fin vieron el avión de Faucett aterrizar en las pampas de Guelleycancha
(Huánuco el Viejo), año de 1938. Hombres en acción, técnicos, operarios y
peones a descender como cuidado las valiosas piezas. Mr. Seck, representante de
la Empresa Panaminas, un gringo alto muy celoso y exigente, controlaba los
trabajos al estilo americano.
RUMBO A CHONTA
Una de las piezas de la máquina, el
“monoblock” grande y no desarmable, era el otro reto de cómo llevar a Chonta.
Entonces decidieron armar una carreta con plataforma y ser jalada por decenas
de hombres en relevo, para lo cual se hará un camino especial a cargo de Agustín de la Puente. La ruta del sacrificio
era por Seccha-Huaracayoc hasta Chonta; más de 100 hombres trabajando, habiéndose
reclutado a los campesinos de la zona.
CAMBIO DE SISTEMA DE TRABAJO
En vista del poco avance en la tarea del
transporte, surge la idea providencial de David Martel Calderón, capataz del
personal, de cambiar el sistema de trabajo, recurriendo a la forma tradicional
de las faenas agrícolas; conversó con Mr. Seck para sugerirle algunos cambios
para avanzar el trabajo.
Las propuestas eran: Dar incentivos a
los hombres, como, coca, aguardiente, cigarrillos; dejarlos chacchar o masticar
la coca el tiempo suficiente; la jornada laboral será en forma corrida sin
horario fijo de ingreso ni de salida. A poner en práctica los cambios aprobados:
Rueda la carreta con la pesada maquinaria; unos jalando con cables en las
manos, otros, empujando, y el resto a la espera del relevo. Otro grupo
transporta las piezas menores. ¡Qué manera de trabajar!; todos contentos,
trepando los cerros, atravesando riachuelos, charcos, por cuestas y bajadas.
La nueva fórmula estaba dando buenos
resultados, hasta que el empresario le confió todo a Martel, y el jefe se
adelantó a la mina.
ATRAVESAR LA LAGUNA
Un centenar de hombres sobre cuatro mil
metros de altura. Ahora a bajar hasta la laguna cerca a Chonta, con sumo
cuidado, rodear las aguas era muy extenso y sacrificado. Don Agustín de la
Puente, experto en caminos, y otros, opinan cruzar la laguna en forma recta.
Eso sí, más coca y aguardiente, Los hombres se decidieron, ”La unión hace
fuerza”; todos descalzos con el agua
helada hasta la cintura. Se juntaron las fuerzas, jalando y empujando con el pecho saliente, pasaron
rápidamente la laguna con la carga pesada. Al fin llegaron a la mina Chonta,
contentos de haber logrado la hazaña de vencer a la naturaleza.
FUERZA DEL HOMBRE Y PODER DE DECISION
Lo importante de toda esta experiencia
fue reconocer, una vez más, de la fortaleza del hombre andino, su poder
decisión; siempre en cuando, se desarrolle respetando sus propias costumbres
ancestrales.
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- David
Martel Calderón: Huallanca (1906-1996), ganadero, deportista y torero
Omarlle2020@gmail.com