jueves, 1 de diciembre de 2022

Crónica:

                          LA FUERZA DEL HOMBRE ANDINO

Omar Llanos Espinoza.

Sabemos que el hombre andino es el prototipo del ser que vence a los retos de la naturaleza, toda vez que desarrolle sus habilidades de acuerdo a las costumbres ancestrales.

Lo que sigue es el relato de un antiguo huallanquino, don David Martel Calderón, de una experiencia vivida con los campesinos del bravío Dos de Mayo que demostraron la fuerza del hombre andino.

MINA CHONTA Y LA GUERRA

A inicios de la Segunda Guerra Mundial, uno de los países en conflicto fue Corea, las armas y municiones “eran pan del día” para las grandes empresas fabricantes y proveedores de materia prima para los artefactos bélicos.

La Compañía Minera Panaminas (EE.UU) se instala en las minas de Chonta, Baños-Dos de Mayo (hoy Lauricocha), para explotar el “cinabrio” (mercurio), un metal en líquido, muy necesario para fabricar armas. El autor del relató laboró, en ese entonces, como capataz en la referida empresa norteamericana, junto con muchos huallanquinos.

EL GRAN RETO, LLEGAR A CHONTA

Al iniciarse los trabajos en la mina de Chonta, era necesario energía eléctrica para mover las grandes máquinas para el proceso de explotación. La compañía decide transportar e instalar un grupo electrógeno hasta esos parajes alto andinos ubicado en los límites con Huallanca y Queropalca, sobre los 4000 msnm, sin acceso de carretera por ninguna ruta.

TRANSPORTE AEREO

La empresa minera contrata los servicios de la Línea Áerea Faucett para transportar las piezas del generador eléctrico desde Lima hasta las pampas de Huánuco El Viejo (La Unión)

En el compás de espera al avión, iban construyendo las grúas “hechizas” para el desembarco de las piezas del generador, además, pensaban utilizar la fuerza de los bueyes para el transporte hacia la mina, trayendo toros desde Huallanca de don Pablo Martel Llanos, encargando ésta misión al joven de ese entonces, Isaías Mendoza Agüero; pero como el avión  no llegaba, de tanto esperar se regresaron.

AVION EN HUANUCO EL VIEJO 

Luego de tanto días y semanas de espera, al fin vieron el avión de Faucett  aterrizar en las pampas de Guelleycancha (Huánuco el Viejo), año de 1938. Hombres en acción, técnicos, operarios y peones a descender como cuidado las valiosas piezas. Mr. Seck, representante de la Empresa Panaminas, un gringo alto muy celoso y exigente, controlaba los trabajos al estilo americano.

RUMBO A CHONTA

Una de las piezas de la máquina, el “monoblock” grande y no desarmable, era el otro reto de cómo llevar a Chonta. Entonces decidieron armar una carreta con plataforma y ser jalada por decenas de hombres en relevo, para lo cual se hará un camino especial a cargo de  Agustín de la Puente. La ruta del sacrificio era por Seccha-Huaracayoc hasta Chonta; más de 100 hombres trabajando, habiéndose reclutado a los campesinos de la zona.

CAMBIO DE SISTEMA DE TRABAJO

En vista del poco avance en la tarea del transporte, surge la idea providencial de David Martel Calderón, capataz del personal, de cambiar el sistema de trabajo, recurriendo a la forma tradicional de las faenas agrícolas; conversó con Mr. Seck para sugerirle algunos cambios para avanzar el trabajo.

Las propuestas eran: Dar incentivos a los hombres, como, coca, aguardiente, cigarrillos; dejarlos chacchar o masticar la coca el tiempo suficiente; la jornada laboral será en forma corrida sin horario fijo de ingreso ni de salida. A poner en práctica los cambios aprobados: Rueda la carreta con la pesada maquinaria; unos jalando con cables en las manos, otros, empujando, y el resto a la espera del relevo. Otro grupo transporta las piezas menores. ¡Qué manera de trabajar!; todos contentos, trepando los cerros, atravesando riachuelos, charcos, por cuestas y bajadas.

La nueva fórmula estaba dando buenos resultados, hasta que el empresario le confió todo a Martel, y el jefe se adelantó a la mina.

ATRAVESAR LA LAGUNA

Un centenar de hombres sobre cuatro mil metros de altura. Ahora a bajar hasta la laguna cerca a Chonta, con sumo cuidado, rodear las aguas era muy extenso y sacrificado. Don Agustín de la Puente, experto en caminos, y otros, opinan cruzar la laguna en forma recta. Eso sí, más coca y aguardiente, Los hombres se decidieron, ”La unión hace fuerza”; todos descalzos  con el agua helada hasta la cintura. Se juntaron las fuerzas,  jalando y empujando con el pecho saliente, pasaron rápidamente la laguna con la carga pesada. Al fin llegaron a la mina Chonta, contentos de haber logrado la hazaña de vencer a la naturaleza.

FUERZA DEL HOMBRE  Y PODER DE DECISION

Lo importante de toda esta experiencia fue reconocer, una vez más, de la fortaleza del hombre andino, su poder decisión; siempre en cuando, se desarrolle respetando sus propias costumbres ancestrales.

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- David Martel Calderón: Huallanca (1906-1996), ganadero, deportista y torero

Omarlle2020@gmail.com