¿Bendecidos?...
Rolando Húbner Marcos Picón
Huallanca,
considerado como el distrito millonario de la provincia Bolognesi, para el
Instituto Nacional de Estadística e Informática está considerado como no
pobre, ¿estamos realmente bendecidos?, o acaso estamos, como alguien lo dijo:
“Somos tan pobres, que lo único que tenemos es dinero”; dinero que no ha
mejorado la calidad de vida de la población porque arrastramos hasta hoy altos
índices de desnutrición, anemia y mucha gente viviendo en pobreza.
Somos
un pueblo con gran potencial y con riqueza extraordinaria, nuestra principal
actividad económica es la minería, seguido del comercio, la actividad
agropecuaria y el turismo.
El
sector agropecuario después de alcanzar su época de oro en el siglo pasado en
los años 20 al 70, donde Huallanca se ganó el título de productores del mejor
queso de la región y uno de los mejores del país seguramente; hoy pasa por una
etapa de recuperación, en forma individual y con el apoyo de la empresa minera.
Sin
embargo, nos quedamos estáticos con ese título ganado en el siglo pasado,
mientras pueblos vecinos han dado pasos importantes para lograr hoy darle valor
agregado a sus productos, como la leche
y ofrecer al mercado, quesos pasteurizados, yogur, manjar blanco, miel
de abeja, truchas, la papa nativa, etc.
Con todo este potencial que tenemos es inaceptable tener los altos
índices de desnutrición. Es sin duda todavía una tarea pendiente y necesita ser
impulsado.
¿Qué
nos falta?, ¿capacidad de gestión?, ¿voluntad política?, ¿compromiso?,
¿planeamiento?, ¿honestidad? o acaso estamos esperando que los problemas que
tenemos como pueblo se resuelvan milagrosamente, o que los huallanquinos, que decimos querer
tanto a esta tierra le hemos dado la espalda y miramos para otro lado cuando se
tratan de problemas, pero sacamos pecho
por Huallanca cuando se trata de visitarle en fiestas.
El
pueblo hermoso que nos vio nacer, de las punas frías, donde crece solitario el
toro bravo que vendrá a lidiarse en julio, el de los hermosos atardeceres, el
del amanecer maravilloso, el de las noches estrelladas donde poniendo como
testigo a la luna, los amantes se declaran amor eterno, ha perdido sus valores,
esos que nuestros padres con tanto empeño nos enseñaron, el bien querer, la
gratitud, el respeto, el obrar bien, compartir, trabajar juntos.
Nos
hemos convertido hoy en el pueblo más fragmentado, entonces el camino al
desarrollo de nuestra tierra se hace lento y parece inalcanzable la
reconciliación entre huallanquinos, porque
cada día, vemos que aparecen nuevos grupos con
agendas propia; necesitamos que la reconciliación se haga realidad para
que los esfuerzos los trabajos que se hacen a favor del pueblo no sean
estériles.
Salir
a la calle, ver las redes sociales, evidencian nuestra falta de tolerancia, la
indiferencia, el divisionismo, son muestras de desapego que nos afectan y nos
hace frágiles como sociedad, porque parece que estaríamos en un callejón sin
salida, o que el camino para el desarrollo de nuestro pueblo se encuentra
tapiado, sin posibilidad de avanzar.
Tenemos
que unirnos para recuperar los valores morales que ha caracterizado a nuestro
pueblo y reencontrar el camino al desarrollo, somos testigos que pueblos
vecinos con menos recursos a crecido más y más rápido, los recursos naturales
que el divino ha puesto en nuestra tierra son
tangibles, y para lograr el bienestar hay que trabajar juntos una visión
de pueblo.