De negocios y
negociantes
Rolando Húbner Marcos Picón
Huallanca es un excelente lugar
para hacer negocios; siempre ha sido así, es un legado histórico que lo
arrastramos desde su formación como pueblo. Verlo como un lugar de negocios fue
fomentada por la llegada de las empresas, de negociantes, de vendedores, de
políticos que administran nuestro pueblo, y hasta de oportunistas; que se
hicieron millonarios, algunos se marcharon a disfrutar de sus fortunas y muchos se quedaron.
Todos andan desesperados detrás
de la inversión; negocios es la palabra clave, y quién soy yo para oponerme,
porque seguro me llamarían “quedado”, “acomplejado”, “rojo” o hasta
“terrorista”, porque es la palabra que
se ha puesto de moda.
Huallanca es un gran mercado, los
empresarios, los profesionales y los políticos lo saben; cuando la consigna es
ganar dinero no importa cómo, pero alguien tiene que pagar por todo esto, a
alguien le cuesta, alguien tiene que pagar el “lonchecito”; nada es gratis, y
son precisamente los más débiles los que cada vez son más pobres, los que
pagan.
Los negocios principales de
nuestro medio están directamente relacionados con nuestra naturaleza, ese hogar
que nos acoge, la hermosura de cerros, valles y nevados, al cual maltratamos, o
lo vendemos. Hay negocio porque nuestro pueblo está lleno de grandes
edificaciones; aunque nuestros servicios básicos, que nos garantizarían una
mejor calidad de vida, andan a ras del
suelo o como dice el dicho popular “por encima flores por dentro
temblores”
Hoy como pueblo cosmopolita,
pluricultural, somos un pueblo que une distintas tradiciones costumbres, sentires, colores, sonidos, y
creencias diversos; somos un pueblo que
alberga a todas las sangres gente venido
de todas partes del país y del extranjero, en busca de trabajo o de hacer
negocio en esta tierra rica.
Estamos en un año electoral y
vamos a tener la presencia de muchos líderes, muchos de ellos negociantes (de
estos hay que tener mucho cuidado), que van a aprovechar que el pueblo está
cansado de pensar en su destino, cansado de ser gobernados por hábiles
empíricos que en campaña nos prometieron trabajar por nuestro pueblo, y todo
resultó que eran eso, sólo promesas falsa y mentirosas.
Pero Huallanca también es un
pueblo de larga tradición y viejos orgullos, de hombres nobles pero valientes;
así como debe ser modernizado debe también ser realistamente respetado.