De Promesas y Compromisos
Rolando Húbner Marcos Picón
Mucho se ha hablado en los últimos tiempos acerca del valor de la promesa, el valor de la palabra, y más en épocas electorales donde pareciera que quiénes aspiran llegar a dirigir los destinos de nuestro pueblo, estarían en una competencia de quién promete más y mientras más prometes más aceptación tienes; esto tiene que cambiar.
Hay una cosa tan perjudicial para un político y para el pueblo, es que, cualquiera de los dos olvide sus promesas electorales. Van a ser muchas las promesas electorales que nos van a llegar en esto días, y vamos a ver tan evidente el oportunismo y muchas veces hasta el cinismo en algunas de ellas.
Qué exigimos como ciudadanos: compromiso, qué significa obligación contraída, responsabilidad con algo o con alguien; tenemos que exigir a quiénes nos dirigen compromiso y nosotros tenemos que aprender a comprometernos en trabajar por el bienestar común.
El futuro de nuestro pueblo es incierto, pero también es posible encaminarnos ahora rumbo al desarrollo si nos comprometemos, si trabajamos juntos, para cambiar el mañana y asegurarle a nuestros hijos un pueblo mejor al que nosotros heredamos.
Queremos decirles a aquellos que pretenden prometernos cosas inviables, irrealizables y falsas; no nos vamos a quedar callados. Tenemos el sueño de avanzar hacia una sociedad justa, tenemos el deber de construirla y la esperanza de que es posible; queremos el compromiso de los huallanquinos que vuelva el sueño de un Huallanca grande; queremos que entiendan que con quejarnos no basta. No queremos ni podemos seguir indiferentes cuando unos cuantos echan atrás la historia y el buen nombre que ha costado mucho trabajo, tantas luchas y sacrificio a los huallanquinos; no podemos callarnos cuando unos cuantos se atreven a amenazar irresponsablemente el destino de toda un pueblo a cambio de espejismos inútiles, aspiraciones individualistas y vacíos como los son el dinero y el poder.
Dicen que los pueblos tenemos las autoridades que nos merecemos, a nivel de nuestra corrupción, de nuestra baja autoestima, de nuestra cobardía, de nuestra ausencia de civismo, de nuestra falta de fe, de nuestro desprecio por el bienestar común.
Dicen también que quiénes nos representan son el espejo de todos nosotros como sociedad, una imagen que da risa, que da miedo, que se conforma, que calla, que se vuelve cómplice, que se queja, pero no quiere participar; parece que padeciéramos una crisis eterna, un error histórico, donde nada funciona solo la corrupción y a nadie le interesa.
Y con esto termino:
"Nuestras vidas empiezan a acabarse el día en que guardamos silencio sobre las cosas que más importan"; Martín Luther King Junior.