En carrera electoral
Rolando Húbner Marcos Picón
Las elecciones municipales y regionales del 2018 aún no están convocadas, pero en Huallanca ya vemos a algunos pre-candidatos en reuniones, buscando integrantes para su lista, visitando a las comunidades, seguro firmando compromisos; cada candidato dentro de sus posibilidades, anhelan ser “el huallanquino capaz” de dirigir los destinos de su pueblo.
Como ya es costumbre también nuestras elecciones políticas nunca se han caracterizado por la presentación de propuestas o planes de gobierno; lo primordial ha sido las frases, algunas bonitas, rebuscadas, y muchas hasta sin sentido; el objetivo identificarse con la población.
El próximo año los huallanquinos tendremos una enorme responsabilidad que tomar, volveremos a las urnas a emitir nuestro voto. Desde hoy hasta ese día escucharemos de todo y a todos los candidatos; muchos de ellos nos mentirán de nuevo, confundirán e ilusionaran, hasta firmarán compromisos con las comunidades campesinas, los barrios y otras instituciones. Pero ojalá la sensatez nos ayude a todos y elegir a las autoridades que nos encaminen rumbo al desarrollo; algo que ha sido esquivo hasta hoy.
Hay sólo dos alternativas: comportarnos como ciudadanos responsables, pensando no solo en nosotros sino también en las generaciones futuras, en nuestros hijos a los cuales debemos responderles ya dos preguntas ¿Qué pueblo les vamos a dejar? Y ¿Qué ciudadanos le estamos dejando a Huallanca? ; o dejar pasar, buscar nuestro bienestar ahora, mirar para otro lado cuando somos testigos del deterioro moral al que estamos siendo arrastrado, y permanecer cómodamente sentados; nosotros tenemos que decidir ahora.
Necesitamos reflexionar ahora, pero una reflexión estática sin acciones y decisiones concretas es una pérdida de tiempo; urge entonces compromisos realista que entusiasmen, que contagien, que sumen, y ojalá seamos cientos los huallanquinos que querramos que nuestro pueblo cambie de ruta, que nuestra visión y nuestros sueños no sean utópicos.
Creo que ha llegado la hora de que vengan años de consenso, de acuerdos, de diálogos francos y sinceros, necesitamos la renovación de nuestra política, con nuevas ilusiones, comenzar de nuevo si es posible, con otro tipo de ciudadanos que sean capaces de mostrarnos decencia, valores capacidad y honradez.