La Fiesta Taurina en debate
Rolando Húbner Marcos
Picón
Recuerdo con nostalgia las
corridas de toros que se celebraban en Huallanca, en los años 80, 90 y hasta en
el 2000, cuando, con mi padre, me dirigía a la Plaza de toros Montecarmelo,
ubicada en la Bombonera, local de la Escuela de Varones
N°32226, hoy “Raúl Córdova Alvarado” , para presenciar las corridas que se
celebraban en ese coso taurino, luego la fiesta se trasladó a la zona de Cañaveral,
donde ahora se realizan las grandes faenas de la fiesta brava. Era yo un
chiquillo, pero ya sentía la pasión por este arte, pasión que se ha
intensificado con el pasar de los años y que he podido transmitir a mis hijos.
El toreo despierta en las
personas que se aficionan a él, una pasión que es muy difícil describir. Será
por sus rituales, previos y durante la lidia misma, o por el ambiente festivo
que reina en las plazas, o por el espectáculo multicolor que dan los trajes de
luces de los toreros y sus capas, por la presencia de familiares, o por el
retorno de muchos de nuestros paisanos a nuestra tierra en busca de sus raíces,
o por la gran belleza plástica de los pases, o por el riesgo de muerte que está
presente cada vez que un torero, un aficionado, o un improvisado con unas copas
demás decide enfrentarse al bravo venido desde las silenciosas punas , o más
bien por todas estas cosas juntas, o quizás el recuerdo de ese huaynito que
marcó su partida, y hoy una vez más en la plaza renace la nostalgia del día en
que decidieron marcharse . No lo sé; pero en mi caso, quedé fascinado por esta
fiesta desde la primera vez que asistí a una corrida hace más de 30 años.
Líncoln Lozano- La Bombonera- 1985 |
Hoy es lamentable y tenemos que
decirlo que, nuestras tradiciones están
cambiando, y lo que sorprende es que todo a iniciativa de nuestras propias
autoridades, en su afán populista de
caerle bien a todos, se está cambiando
la esencia de su significado convirtiéndolo en una festividad comercial ; nos
olvidamos por completo de su verdadero significado de integración, de
compartir, de tardes de toros donde todos confundidos observamos y gozamos al
son de hermosos huaynos.
Oscar Huaytán -Montecarmelo- 2013 |
Esta también el argumento sobre
la calidad de las tardes taurinas, la calidad de los toros, los toreros, o bien
de todo el espectáculo. De otra parte los antitaurinos, en tono menos festivos
más bien enérgicos, recuerdan que la tauromaquia con la muerte del toro es un
acto barbárico;de esto digo que es importante mantener abierto el debate, sobre
si se deben matar los toros en la plaza monte Carmelo o no. Este debate sin
embargo, no puede traducirse en un intercambio de insultos. Es cierto que a
veces es difícil y angustiante esperar que la sociedad vaya cambiando, a paso
propio sus valores; pero solo con el tiempo con un diálogo inteligente y respetuoso
se irá avanzando, o en su defecto, conservando lo nuestro que es la raíz de
este pueblo hermoso rico y generoso.
Puede suceder muchos cambios como
los que ahora con mucha pena debemos aceptar se están dando. En Huallanca, lo
tradicional lo provinciano, lo huallanquino, es el huayno, las marineras, las
cumbias; pero esta última feria taurina en la plaza de toros Monte Carmelo no
hemos escuchado una marinera, pero si el pasodoble” La gloria de Manolete” lo
hemos escuchado a cada rato.