Contra
el pesimismo
Rolando Húbner Marcos
Picón
En estas últimas semanas las
noticias en materia económica que hemos venido recibiendo por parte de las
autoridades de Huallanca no han sido nada buenas. El pesimismo, la desconfianza, y el cargamontón
puedne llevar a un desenlace de desesperación, y seguro muchos dirán, es que la
espera desespera.
Hay muchos motivos de
preocupación frente al futuro, por
ejemplo: La reducción del canon minero; consultando las páginas del Ministerio
de Economía y Finanzas nos encontramos con que Huallanca tiene un presupuesto
de 3 684 062 (tres millones seiscientos ochenta y cuatro mil sesenta y dos
nuevos soles), gastados a la fecha 564
457.
La paralización de importantes
proyectos mineros, como la mina Palca, el proyecto Atalaya, ambos de la Compañía Minera Santa Luisa, y el
proyecto Hilarión de la Compañía Minera Milpo; están creando una recesión en los
comercios, las pequeñas y mediana
empresa de nuestro medio están paralizadas; el desempleo ha aumentado; esto nos
muestra, una vez más, que en forma directa o indirecta Huallanca sí depende de
la actividad minera.
El malestar que muestran las
comunidades campesinas por la falta de obras o por promesas de campaña que se
están haciendo imposibles de cumplir por la falta de presupuesto en muchos
casos, y en algunos, por temas de la administración estatal tan burocrática que
tenemos en el país. Sumado a esto el anhelado Instituto Superior Tecnológico Huallanca, parece que no va a
funcionar; el nuevo camal municipal tampoco.
El ciudadano de a pie se
pregunta, y cuándo ya; el hecho es que como pueblo en el pasado hemos tenido
momentos más complejos que el actual, y hemos salido adelante; entonces en estos momentos debemos de tener un
poco de paciencia y buen humor.Vivimos momentos de impaciencia,
herencia de la campaña electoral, que nos dividió como pueblo, y hoy es muy
difícil discutir con objetividad y sin apasionamientos. Los temas primordiales
de la problemática local, que son muchos, hay que manejarlos con mucha
objetividad; el pesimismo es mala
compañera en estos casos.
Frente a estos problemas actuales de carácter local, debemos
reaccionar positivamente por el bien de Huallanca y de todo los huallanquinos;
que no podemos dejarnos caer en esta racha de pesimismo. Hoy más que nunca
tenemos todos que poner el hombro ante este momento difícil en que estamos
viviendo; proponer ideas, plantear alternativas y exigir que en Huallanca se
hagan las cosas bien hechas sin dilaciones, sin cálculos políticos, ni para
beneficiar a un determinado círculo. El pueblo se lo merece.
Necesitamos todos saber cuál es
la agenda pendiente, cuál es el proyecto de pueblo que tienen quienes nos
dirigen, en términos de desarrollo y competitividad. Y por qué, por una o
muchas razones, no nos hemos encaminado a ella con decisión, ni siquiera en los
momentos de mayor prosperidad. En estos momentos de las vacas flacas deben
servirnos para concentrarnos todos en esa agenda de cómo queremos Huallanca
dentro de cuatro, cinco o diez años, para exigir a nuestras autoridades que
hagan de su parte; no podemos
conformarnos con explicaciones fáciles de que, en el municipio no hay plata:
Ahí está el reto para nuestras autoridades, el buscar financiamiento, tocar
puertas, gestionar en las distintas entidades del estado y en los del sector
privado; obras y proyectos de
desarrollo.
La crítica es buena y necesaria
como lo es también la oposición objetiva. El pesimismo, por el contrario es una
mala consejera en estos momentos de crisis.