Por un diálogo serio
Rolando Húbner
Marcos Picón
La minería es una actividad
cíclica, porque tiene sus periodos
buenos, malos y regulares; y también la experiencia que tenemos como pueblo
minero es que, la época de las vacas flacas son más largas que la época de las
vacas gordas; como también todos sabemos,
el desarrollo de nuestro pueblo ha estado basado principalmente a la
actividad minera.
Hoy nuestras autoridades han
anunciado volver a revisar y reactivar el Convenio Marco Interinstitucional
entre la Municipalidad Distrital de Huallanca y la Compañía Minera Santa Luisa,
firmado el 10 de julio del 2007; donde se considera siete ejes para el
desarrollo de nuestro pueblo.
Después de nueve años de firmado
este convenio marco valdría la pena preguntarnos, por los fondos públicos
generados por la minería: ¿Cuánto se ha avanzado en cada uno de los ejes de
desarrollo?, ¿En qué obras de desarrollo productivo se han invertido estos
fondos?, ¿Cuánto ha mejorado la agricultura, la ganadería?, ¿Cuánto se ha
reducido la desnutrición?, ¿Cuánto ha mejorado la educación?, o ¿Acaso estos
fondos han servido solamente para incrementar la burocracia, la corrupción y la
malversación o para crear obras de cemento y arena?
La Mesa de Coordinación y Desarrollo
que tenemos no debe ser sólo para hacer actos o eventos declarativos de buenas intenciones,
sino para buscar acuerdos y cumplir con cada uno de los siete ejes de
desarrollo. La mesa es, inicialmente, un espacio para sentar a actores
políticos, sociales, representantes de
la minera, y ciudadanos diversos, a
dialogar, para concertar y actuar de cara a la sociedad en el curso de una
visión de futuro de pueblo próspero y con oportunidades para todos; y que el
sueño de un Huallanca mejor no quede sólo en eso, en un sueño.
La conformación de la mesa debe
hacerse sin descalificaciones o prejuicios. La condición esencial para
participar es que haya identidad en la necesidad de un cambio político. Para
producir un cambio de rumbo es necesario que las inversiones ejecutadas, con
los fondos provenientes de la actividad minera, sean repartidos en forma
equitativa buscando el bienestar de todos los pobladores; en obras de
desarrollo productivo que puedan servir para el bienestar de nuestra gente
cuando la minería ya no esté; necesitamos un sinceramiento con claridad, no
mediante silencios, medias verdades o medias mentiras, que empujan a la opinión
pública a crear sus propias verdades
algunas aumentadas y muchas disminuidas de acuerdo a las conveniencias de cada
uno.
Hablar de desarrollo social
sostenibles significa aumentar comparativamente los índices de salud, economía
y educación, manteniendo y mejorando la convivencia armoniosa, que garanticen
la sostenibilidad de los proyectos de desarrollo sostenible con el tiempo.
Necesitamos líderes inteligentes, y
constructivos que apoyen el desarrollo de proyectos productivos, actores de la
mesa que busquen la concertación, un diálogo serio con todas las partes
involucradas; evitando el doble lenguaje concertadores en la mesa de diálogo e
incendiarios fuera de ella o viceversa; necesitamos actores que sirvan al
pueblo y no se sirvan de él.